Está ubicado
a la salida del pueblo en dirección a Tudela, en un pequeño
montecillo donde se plantaron estratégicamente pinos, tomillo y
lavanda.
Se
construyeron fogones y parrillas con piedras y ladrillos caravista,
esto acompañado de una zona de bancos y mesas de madera que también
tenían techo para dar sombra. En el medio había una fuente de agua, construida en una pared de piedras bien alineadas. Esta
fuente hasta hoy es muy visitada por gentes de otros pueblos, a las que les
gusta el agua del nuestro.
En la entrada del merendero había un
carro de madera decorado con flores de temporada, todo ello muy
cuidado siempre por las mujeres del pueblo (ahora el pobre carro esta
en un lamentable deterioro esperando su reconstrucción).
También había escaleras hechas con piedras, que hacían de sendero para llevarte a las distintas zonas que había en el lugar.
También había escaleras hechas con piedras, que hacían de sendero para llevarte a las distintas zonas que había en el lugar.
Una visita obligada
era ir subiendo hasta encontrarte el monolito de piedras, que a su vez
sujetaba la talla de madera de la Virgen de Sta. Engracia, que siempre
estaba decorada con flores silvestres de la zona. Triste fue el día
que desapareció.
Siguiendo el sendero, una vez que llegabas arriba del todo hay una explanada en la que se construyó una torre ATALAYA de madera con
una escalera de caracol. ¡Qué vértigo daba subir por ella!, y en lo
alto de todo se veían las preciosas vistas del pueblo y alrededores, que junto con el ligero cierzo que nos caracteriza era algo idílico.
Esta torre en 1990 se quitó por el peligro que tenía, ya que su falta
de mantenimiento hacia que no fuera segura.
El
merendero gracias a D.Francisco Palau, perito del Iryda, se construyó en el año 1971 siendo su inauguración el 15 de Mayo de 1972, con un
coste de 81.443 pts junto con el parque.
El merendero fue uno de los lugares más visitados, junto con la piscina, de los años 70-80-90. Era un paraje bonito en el que se respiraba tranquilidad y naturaleza. Venían personas de excursión desde la capital (Zaragoza) para pasar el día. De hecho, una vez se dijo en un artículo de periódico:
“Lo cierto es que Santa
Engracia se está convirtiendo en un centro turístico de verdadera
categoría, podemos decir que se ha convertido en el pulmón verde de
Tauste. El visitante puede encontrar un merendero a la sombra de sus
pinares con sus fogones, parrillas y su Atalaya de madera de pino
donde ver unas vistas magníficas.”
Los
primeros años de fiestas se celebraban en los fogones los almuerzos
populares, que costaban de sardinas o longaniza asadas. También con
la llegada del buen tiempo en primavera, las cuadrillas se
preparaban las comilonas de domingo para juntarse. Hoy por hoy ya no
se puede hacer fuego en el merendero debido al peligro que ello
conlleva.
Una
cita obligada en los tiempos de 2018 es el día de Jueves Lardero, para ir
con los más peques del pueblo, dar una vuelta por el sitio y
contarles las miles de historias que se han vivido allí. También
desde casi hace 10 años, se celebra una acampada de los niños del
colegio para despedir el curso.
En
el merendero se han vivido muchas historias y se han pasado buenos ratos.
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